Tunez un remanso de paz
Viajes - Visitas a Lugares


Por Antonio Matas Vara

“Hay mucha diferencia entre viajar para ver países y la de ver pueblos “(Jean Jacques Rousseau),  En esta ocasión me desplazo a Túnez no para ver el país, que ya conozco, sino para ver el pueblo, coincidiendo con el primer  aniversario de la Revolución de los Jazmines 14 enero 2012, en la que ha devuelto al pueblo la democracia, al que yo considero mas aperturista y mas occidental de los países árabes. Donde el pueblo tunecino se manifestó con júbilo y en paz.
Túnez la “Afriquita” como la llamaban los romanos o la “verde” como la conocen los árabes por ser un vergel.  Mil doscientos km. de playas de ensueño, salpicadas de jazmines. Desde luego, cuantas cosas se puede hacer en Túnez, desde visitar a los últimos trogloditas (aquí se filmó la Guerra de la Galaxias), aventurarse por las dunas caprichosas del desierto, realizar el sueño de safari fotográfico, ir al palmeral a comer dátiles, sí muchos dátiles, elegir una playa para disfrutar de sus aguas, y entre chapuzón y chapuzón, jugar al golf, tenis, montar a caballo y comprar en la Medina de Túnez o en cualquier ciudad, donde encontrarás artesanía de variedad y fantasía, cueros, alfombras, porcelana, oro y plata, y tejidos hermosos.

Empezamos  la visita a la capital tunecina entrando por la Avenida Bourguiba que es el eje de la nueva ciudad y nos lleva hasta la Plaza de la Independencia, donde está la Embajada Francesa y la Catedral Católica St. Paul de Vicent para continuar hasta la Plaza de la Bab Bhar o Puerta del Mar, conocida también como Puerta de Francia, que era la entrada a la ciudad (Medina), pero en 1950 los muros que la flanqueaban fueron demolidos para permitir la expansión urbanística.
Entramos en la Medina donde encontramos: vendedores de perfumes, especias, de alfombras, de artesanía, todo ello dominado por la Gran Mezquita  Ezzitouna, siendo una de las más antigua y prestigiosas del Magreb del siglo IX con su enorme patio rodeado por arcos y cúpulas cubiertas con marquetería de mármol. Los principales zocos con sus techos abovedados rodean completamente la Gran Mezquita, y sirve para agrupar las actividades nobles tiendas y talleres tradicionales están organizados por gremios - el Zoco de los perfumistas, las librerías, los fabricantes de lana… Una recomendación hay que regatear, si no se hace hasta ellos se enfadan, si te piden 30 € ofréceles 10 €, pero no llegues nunca a la mitad de lo que te pidan, sino no has hecho buena compra; otra advertencia, cuando compres algún objeto, no preguntes en otro puesto cuánto vale, no sea que te lleves un disgusto. Se llega hasta la Plaza de la Kasbah, que mantiene el nombre de la antigua ciudadela real, siendo una atractiva plaza con una bella mezquita árabe, un antiguo palacio y un centro comercial estilo árabe.

La Medina tiene antiguos Palacios o Casas señoriales, como Dar Ben Abdallah (Museo de Arte y Tradiciones Populares), Dar Hammouda Pacha (Centro comercial), Dar Bach Hamba (Fundación  para la Cultura). También se puede comer en un local de moda llamado el Dar El Jeld (5-10, rue Dar El Jeld – La Kasbah)  sito en un palacio de época, en la Medina, pero uno puede quedar más que satisfecho en locales menos costosos en la Av. Bourguiba.

 Tras este paseo por la Medina, te propongo la visita  al Museo del Bardo, a 4 km. de la ciudad, donde se reúne la colección de mosaicos más importante del mundo de la época romana, es el  Museo con más encanto de todo Túnez.  Rescatados de antiguas y suntuosas mansiones, los mosaicos se exhiben en uno de los palacios más bellos de Túnez, el antiguo Palacio del Bardo, mandado construir en el siglo XIII por una importante dinastía real. El palacio fue ampliado y modificado hasta que en 1888 fue convertido en museo. El lugar, digno de Las Mil y una Noches, tiene varios pisos y salones que albergan distintas colecciones. Aunque los mosaicos conservados datan de diferentes épocas, la mayoría son de los siglos II al IV. Los mosaicos se ordenan en secciones dedicadas a la historia de Túnez: a las épocas púnica, griega, cartaginense, cristiana e islámica… De cada una de estas épocas hallamos bellos mosaicos que nos narran -tesela a tesala- la historia de este bello país.


Nos dirigimos al parque  arqueológico de Cartago, desgraciadamente se conserva muy poco de la ciudad antigua., la metrópoli que trajo en jaque a Roma, sólo queda el cementerio donde se enterraban los recién nacidos sacrificados al culto de la Diosa Tanit y los dos puertos: el militar y el comercial, que en realidad hoy parecen dos estanques de agua. Lo mejor es dirigirse al Museo Nacional de Cartago, que muestra todos los hallazgos encontrados en la ciudad antigua, De vuelta hacia el mar encontramos la termas que son las más espectaculares ruinas de la Cartago romana.


Nuestra próxima visita es Sidi Bou Saïd, es el lugar más exclusivo durante el verano,  que enamora a primera vista, fue en el siglo XVIII cuando la aristocracia tunecina hizo construir sus esplendidas mansiones, el pueblo destaca por la Ley que Rodolphe d´Erlanger, obligando a todos los habitantes de la localidad a pintar y mantener sus casas de color blanco, menos las puertas, ventanas y rejas que tienen que ser de color azul, y estas son su señas de identidad hoy en día.


No hay que dejar de visitar el Palacio del Barón Rodolphe que fue construido el 1920 en estilo Árabe-Andaluz, con una exquisita decoración o suntuosa decoración, un palacio de ensueño. Visitar la Mezquita Zaouia, construida por Hussein Bey I. Lo ideal es pasear por sus calles, sus tiendas, galerías de arte y visitar sus cafés, sobretodo el Cafés des Nattes, o el Café de las Esteras, el más típico, el más genuino, entrad y sentados en sus esteras, no hay viaje a Túnez, sin una fotografía en la puerta de este café; hay otro café, que es el más relevante después del Nattes, es el Café Sidi Chabaane, en donde degustas un té con piñones, en su terraza con vistas al puerto deportivo y al golfo de Túnez, se encuentra uno en un paraíso, una panorámica para recordar.
Queda mucho Túnez por ver, como es el sur que lo dejaremos para otra ocasión. Nos vamos y como souvenir nos llevamos de recuerdo una jaula blanca, para pájaros, de intrincado trabajo, que de la artesanía local es las que ocupa un lugar importante.


DATOS PRACTICOS:
Oficina de Turismo de Túnez  - C/ Alberto Aguilera, 11 1º C 28015-MADRID.
Teléfono  915 48 18 43  - Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla   www.turismodetunez.com
Linea Aérea:  TUNIS AIR LINEAS AEREAS DE TUNEZ – www.tunisair.com