Mi viaje a Indonesia, un país de sonrisas infinitas
Viajes - Grandes Viajes


Indonesia, recorriendo la isla de Java, isla de Bali y Nusa Penida



Un viaje a tierras lejanas mentado en un momento de mi vida como una sorpresa, “un Mundo por recorrer”, sueños y promesas dichas en otro momento, otro lugar, un viaje con quien compartir. Viaje hecho realidad, al final sola…y a la aventura.


No es la primera vez que viajo sola, puedo decir que la mayoría de mis viajes han sido sola. Una de las preguntas frecuentes en los viajes y en el entorno coincidiendo con gente en los lugares es ¿Viajas sola? 


Se viaja por muchos motivos o por ninguno en particular, cuando he coincido en mis viajes con gente que también viaja sola y hablando de ello, las respuestas han sido coincidentes como, viajar para conocer lugares diferentes, culturas distintas, pasarlo bien, por la aventura a lo desconocido, conocer gente, desenvolverte, aprender y otras más profundas como volver a encontrarte, huir, huir de todo y refugiarte en otro aire que te envuelva y poder olvidarte de todo aquello como pensamientos que nos agotan, pero todo será por un tiempo, mientras dure el viaje, al volver será igual o peor…, pero quizá con otra percepción, al igual que por un desamor, creyendo que te aliviara el dolor que sientes tan profundo en el corazón.


Mi viaje a Indonesia es una suma de todo ello, más por unas que por otras que aquí os relato, una gran experiencia.


Indonesia, recorriendo la isla de Java, isla de Bali y Nusa Penida. Un vuelo desde Madrid de 20 horas con escala en Dubái con llegada a Yakarta, cuidad inmensa con grandes edificios, situada en la costa noroeste de la Isla de Java, la ciudad más poblada de Indonesia. Una mezcla histórica de culturas, javanesa, malaya, china, árabe, india y europea, donde se puede visitar la ciudad antigua Kota Tua, sus edificios coloniales neerlandeses.


Después de un vuelo de una hora y media, llegada a Yogyakarta(Java Central) rumbo a visitar el Templo Borobudur, el templo más grande del mundo dedicado a Buda de arquitectura piramidal, en el cual con la entrada te proporcionan unas chanclas muy lindas que te puedes quedar, para poder pisar el templo sagrado y una botella de agua para poder sobrellevar las altas temperaturas unos 33/34 grados con una humedad del 80% en el mes de Septiembre, la botella de agua será habitual en la visita a casi todos los templos, agua que te proporcionan del tiempo, no fría como estamos acostumbrados en España, la beben del tiempo.


La subida al templo por escaleras muy empinadas, que se hará normal a lo largo de la estancia en Indonesia (16 días de estancia) escaleras de subidas, bajadas de 600 peldaños a lo menos en ciertos lugares…escaleras complicadas.


Yogyakarta, cuidad de contrastes, su barrio de Malioboro, acogedor, alegre, lleno de mercaditos de comidas, frutas que jamás había visto, restaurantes abiertos, gente pasar mucha gente, en sus calles motos, muchas motos, nunca había visto tantas, su medio de transporte el más utilizado, donde los puedes ver sin casco, y hasta tres y cuatro personas montadas en ellas.


Templo de Prambanan, templo hinduista es el templo más grande de la antigua Java, que consta de más de 200 templos.


Paisajes de campos, que nunca había visto, ver como secan el café, como utilizan a las civetas, que ingieren los granos de café y luego excretan y los ponen a secar, dándole un sabor único. Talleres de telares, donde pintan a mano, telas coloridas muy llamativas.


Y llego la noche, una noche especial, única y con un poquito de riesgo, la subida al volcán Bromo, carretera estrecha y muy muy empinada, llegas a la entrada del parque donde obligatoriamente te llevan en jeed los serpas  para comenzar el ascenso al volcán, subida por tierra volcánica donde se hunden los pies, bien abrigada y como no escaleras…En la noche , en silencio, se va escuchando el burbujeo del volcán, un caminito muy estrecho en la cima del cráter donde se puede ver como la lava burbujea, poco a poco el amanecer y es de los amaneceres más bonitos que he podido contemplar, los colores cambiantes, el humo del volcán , el paisaje, el serpa contaba la historia de los volcanes, el cinturón del fuego…que vivía intensamente, decía ,cerrar los ojos y sentir la energía del volcán que desprende…


Y del fuego al agua, Sewu Waterfall, lugar espectacular por sus cascadas, saltos de agua, cuevas, bajadas por peldaños de madera donde el agua te cubría gran parte de las piernas y subidas con cuerdas y escaleras.


Java, sonrisas infinitas de sus gentes, alegres lugareños, es lo que me ha llamado la atención, su tranquilidad, te brindan su ayuda, te abren sus casas, son educados y esas sonrisas…


Entre ellos se respetan mucho, su gran religión es la musulmana, junto con la hindú y budista, hablando con sus gentes, te explican que el respeto es lo primero, que son muchos los millones de personas que viven allí y sus representantes políticos lo que les transmiten es respeto y ayudarse entre ellos.


Camino del puerto Ketapang Banyuwangi, para coger un barco a la isla de Bali, dirección Sanur y dejar la isla de Java. Sanur, es una ciudad más turística, con un gran paseo al lado de la playa, llena de tiendas, restaurantes con música en directo por donde vayas, tráfico caótico de coches y motos por sus calles, que para cruzar te las ves y deseas. Desde su puerto, edificio de forma de dragón hay un gran tráfico marítimo ya que desde allí salen barcos dirección a las islas como Lombok, islas Gilli…cada poco tiempo.


Y en un barco rápido dirección isla Nusa Penida, acantilados, playas paradisiacas, atardeceres únicos, llamativos restaurantes, uno de ellos dirigido por un mexicano que hace una tortilla de patata muy rica, una isla idílica. Cuenta con playas como Diamond beach, Broken beach, Cristal Bay, piscina natural como Angel´s Billabona. Las carreteras no están en muy buen estado, las playas no son muy accesibles cuenta con escaleras que hay que bajar muy empinadas y bañarse en algunas de ellas es peligroso por las corrientes. Los paisajes y acantilados son impresionantes.


Pude hacer snorkel en Manta Point, impresionan las mantarrayas tan grandes y parecen como planean por las rocas bajo el agua. Pude bucear en el océano Indico gracias a la escuela DPM que cuenta con un instructor español,  por varios puntos de la isla en embarcación, algo que no quería perderme, corales de colores, la viveza de ellos, tortugas, mantarrayas grandísimas, peces como el Mola-Mola (pez luna) que tuve la suerte de ver y que llevo en un colgante hace tiempo que tiene gran significado para mí, me pareció mágico poderlo ver, bandadas de peces alrededor, peces muy llamativos y muy lindos, salí a la superficie encantada, admirada de ver todo lo que había visto, de la tranquilidad debajo del agua, de esa sensación de ingravidez, con la satisfacción de hacer sueños y promesas realidad.


Dejar la isla de Nusa Penida, ya para recorrer la isla de Bali, la isla más turística por excelencia, ciudades como Ubud, que se asemeja a las cuidades occidentales. El turismo español no llega al 2% por su lejanía y por el alto coste en el transporte para llegar. Alojamientos y restaurantes son muy baratos, los alojamientos suelen ser habitaciones de planta baja que dan a patios con piscina y jardines, con mucho encanto, limpios y cuidados.  Los restaurantes son abiertos al aire libre casi todos, de madera y decorados con gusto, donde se puede degustar su gastronomía, se come muy bien, he comido pescados de todo tipo y a cuál mas rico, zumos de frutas exóticas, sopas, su cocina se basa mucho en el arroz y pollo aderezado de especias y como no, picante, platos muy vistosos. De los restaurantes en la mayoría de ellos para mi llamativo te ofrecían toallas de algodón mojadas, muy fresquitas para refrescarte y combatir el calor y todos ellos nada mas entrar tenían una pila de lavabo para refrescar las manos.


He tenido la suerte de recorrer sitios recónditos apenas turísticos, gracias a la gente con quien he coincidido y al guía que hablaba un español perfecto y mostro Bali en su esencia.


Dormir en plena selva balinesa (Tabanan), ver las terrazas de arroz y campos infinitos, recorrer la ruta alma, relajarse en las termas en medio del bosque (Banjar hot spring), visitar los Templos Ulum Danu Beratan, situado a orillas del lago volcánico de Bratan, Templo de Tanah Lot, situado en una formación rocosa junto al mar al sur de la isla, Templo Gunung Kawi Sebatu, tallado en la roca, también llamado el valle de los Reyes, las cascadas Tukad Cepung, que tienen un aire a los cenotes mexicanos, asistir a un real ritual de purificación gracias al guía hindú que quiso compartir, en un sitio con gran energía el Templo Taman Pecampuhan Sala, playas como la de Nusa Dua, silenciosa y apartada, asistir al espectáculo de canticos y danzas, en un anfiteatro al lado del mar al atardecer con antorchas ,todo un escenario inolvidable en Melasti beach, terminando el viaje en Uluwatu, una zona ideal, muy alegre de la que no te quieres ir. De allí a Denpasar, para coger un avión hacia Yakarta y de allí de regreso a España, 18 horas de vuelo, un poco menos que el de ida con escala el Dubái.


Mi viaje a Indonesia, un gran viaje a tierras lejanas, una experiencia y aventura, y un poquito de riesgo, esas sonrisas del pueblo indonesio que te trasmiten y contagian, su alegría, su cariño que te llenan de paz, acogedores, me he quedado admirada. No son los lugares en si que he podido ver y contemplar sino los momentos vividos allí, donde he reído, he llorado, el sentir y hacer realidad sueños y promesas.


                                                                                                            Sonsoles Rosado Romero