Un recorrido por la provincia de Salamanca a través de sus museos
Viajes - Visitas a Lugares


Un viaje por el globo terráqueo de la mano de Valeriano Salas, la modernidad de la prehistoria o un paseo por la época dorada del textil en Béjar, son solo algunos de los planes culturales que la provincia salmantina ofrece a aquellos que se adentran en ella.


Un sinfín de museos inundan la provincia de Salamanca haciendo de cada experiencia algo único. Algunos de ellos teletransportarán en el tiempo a los visitantes, como el Museo del Castro de Yecla la Vieja. Donde se viaja desde el siglo V antes de Cristo hasta la Edad Media, fecha en la que el poblado se abandonó. Aquí se presenta la cultura material y espiritual de los vetones a través de recursos audiovisuales y expositivos y diferentes piezas arqueológicas originales como un verraco, escultura zoomorfa considerada la mejor conservada de las que se conocen.


Otros, como MÁM, el Museo Ángel Mateos, dejarán atónitos a los visitantes con su potente estética de contenedor. Construida en bloques y nervios de hormigón, su obra escoge la abstracción como forma de comunicación y la elección de este material es una clara reivindicación de la modernidad, sin embargo, está basada en la naturaleza e historia, aludiendo a los primeros monumentos prehistóricos, dólmenes y menhires.


El Cementerio de Arte de Morille tampoco dejará indiferente a nadie. Creado en 2005 por iniciativa de los artistas Domingo Sánchez Blanco y Javier Utray, el propósito de Cementerio de Arte es el soterramiento de piezas de reconocido valor artístico o vinculadas al arte de vanguardia, entendiendo que no es menos importante el proceso que lleva al soterramiento que el soterramiento mismo.


Béjar, ciudad de museos


Si hay una ciudad que destaca en esta lista, esa es Béjar. Declarada Conjunto Histórico, paseando por esta ciudad, que recuerda su pasado medieval con la muralla defensiva, se encuentran algunos de los museos más importantes de la provincia. El Museo Textil responderá a los por qué esta localidad se ha distinguido con el título de ciudad textil. Ubicado en la finca San Albín, aquí se pueden contemplar 34 máquinas textiles donadas y cedidas por particulares, empresas e instituciones, un reconocimiento al esplendor pasado de la ciudad ducal como centro de fabricación de paños que a mediados del siglo XIX contaba con 200 fábricas que producían 754.000 varas de paño.


Continuando el paseo urbano por Béjar, se encuentra el Museo Judío David Melul y el afamado escultor Mateo Hernández. En el primero, este ingeniero melillense enamorado de la ciudad, David Melul, promovió la creación de este lugar como homenaje a los judíos españoles, los sefardíes. En sus tres plantas, el visitante se adentrará en la historia, cultura y religión de los sefardíes y las razones y consecuencias de su expulsión en 1492 de la Península. El segundo, el Museo de Escultura, fue inaugurado en 1980 y está compuesto por la colección de obras que donó el propio escultor, Mateo Hernández, antes de morir y de otro escultor, Francisco González Macías. La colección la forman esculturas de animales y de figuras humanas, como ‘La Bañista’, tallada sobre granito.


Para viajar por el globo terráqueo sin salir de Béjar, basta con acercarse al Museo Legado Valeriano Salas. Hombre inquieto, viajero y fotógrafo incansable, recorrió Europa, África, Japón, India e Irán, donde adquirió obras que hoy en día se encuentran en el museo. Algunas de la escuela holandesa flamenca, francesa y alemana de los siglos XVI y XIX, la colección de esmaltes de Limoges y porcelanas de Sèvres o antiguos manuscritos iluminados de origen persa e hindú.


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